Con el paso del tiempo se han llegado a grandes avances en todas las áreas del conocimiento humano, y precisamente una de las que más ha venido creciendo a ritmo acelerado los últimos años es el área de la tecnología.
En este sentido, ha aparecido las transferencias electrónicas, pagos con CODI, etc, siendo el último gran salto la creación de los activos virtuales, los cuales están soportados íntegramente en sistemas electrónicos.
Para iniciar el Banco de México define a los activos virtuales como:
“una unidad de información que no representa la tenencia de algún activo subyacente a la par, y que es unívocamente identificable, incluso de manera fraccional, almacenada electrónicamente.”
Definición que no nos permite aclara del todo la naturaleza de los activos virtuales, pero que si los llamamos por su nombre coloquial es posible que sea mas fácil ubicarlos, son, en resumen, las famosas cripto monedas.
Para ser justos con el Banco de México su definición, aunque técnica, es muy cierta y es precisamente en el fondo que identifica la naturaleza de los activos virtuales, mismos que no están ligados a nada material ni a otro activo "tradicional".
Lo relevante de los activos virtuales es que están en auge, desarrollo y regulación al mismo tiempo, sin que se puedan controlar o reglamentar en forma por los instrumentos y mecanismos tradicionales por lo que, provisionalmente, se han catalogado dentro de las operaciones vulnerables clasificadas así por su alta posibilidad de usarse para lavado de dinero o financiamiento al terrorismo.
De inicio no podríamos determinar cuál será el futuro de estos activos virtuales, pero provisionalmente, al no poderse controlar por las instituciones, se pretende desincentivar su uso y limitarlo para poderlo controlar, situación que, por ser virtuales y ligados directamente a la tecnología, parece ser hoy mas una utopía que una realidad.
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